En nuestro reciente post sobre agroecología, utilizamos el término “agricultura orgánica”. Aunque puede que resulte familiar para muchos de ustedes, suele haber mucha confusión entre los diferentes tipos de agricultura sustentable. Nuestro objetivo hoy es adentrarnos en el concepto de agricultura orgánica, enfatizando su historia y beneficios.
La agricultura convencional produce numerosos efectos adversos en el ambiente y la salud humana: los agroquímicos contaminan y erosionan el suelo, disminuyen la biodiversidad y contaminan fuentes de agua; contribuyen al cambio climático, requiriendo cantidades considerables de combustibles fósiles para su producción; y conllevan riesgos para la salud de los agricultores ya que se ha demostrado que alguno de ellos son carcinógenos. En contraste, el impacto ambiental de la producción orgánica es mucho menor y salvaguarda la salud humana.
En términos prácticos, la agricultura orgánica es un método para cultivar alimentos sin el uso de materias primas sintéticas, como fertilizantes sintéticos, pesticidas, drogas veterinarias (por ejemplo, antibióticos, hormonas y sedantes) u organismos genéticamente modificados (OGM). De esta manera, solo fertilizantes no sintéticos como el compost, los excrementos animales y los cultivos de cobertura están permitidos. Algunos ejemplos de métodos de control de pestes utilizados por los agricultores orgánicos son: prácticas de diversificación (por ejemplo, rotación de cultivos y cultivos trampa); predadores naturales (como las vaquitas de San Antonio o mariquitas); pesticidas naturales (como el aceite orgánico de neem) y barreras físicas (por ejemplo, cobertores y barreras vivas).
La agricultura sin el uso de materias primas sintéticas se viene practicando desde hace cientos de años. Sin embargo, a principios de los 1900s, el surgimiento de la agricultura industrial, altamente dependiente del uso de fertilizantes y pesticidas sintéticos, produjo una creciente preocupación acerca de sus impactos en el ambiente y la salud humana. Esta preocupación fue el empuje inicial de lo que se volvió conocido como el movimiento orgánico, cuya historia ha sido influenciada por numerosos agricultores, científicos e instituciones.
Agricultor explorando una granja orgánica en el sur de Brasil. Credito: Larisse Cavalcante.
El término “agricultura orgánica” fue acuñado en 1940 por el agrónomo inglés Lord Northbourne, y surgió a partir de la idea de la granja como organismo. Sin embargo, un año antes, Lady Eve Balfour, una agricultora y educadora británica, ya había lanzado el experimento de Haughley, que fue la primera comparación entre la agricultura orgánica y convencional. Entre una multitud de resultados, ella descubrió que las prácticas orgánicas no comprometían el rendimiento general de una granja. Otra figura crítica en el desarrollo de la agricultura orgánica fue Albert Howard. Howard fue un botanista inglés que trabajó durante muchos años en India. En 1940, publicó Un Testamento Agrícola, en el cual promovió una serie de técnicas orgánicas que él había aprendido de granjeros Indios, muchas de las cuales habían estado siendo practicadas por generaciones.
Con la publicación de Primavera Silenciosa de Rachel Carson en 1962, el cual llamó a prestar atención a los impactos del DDT (un pesticida frecuentemente utilizado) en el ambiente y la salud humana, hubo un aumento creciente en la preocupación acerca del medio ambiente y nuestro impacto sobre el mismo. En los 70s, esta inquietud global por el daño ambiental causado por los agroquímicos generó aún más interés en la agricultura orgánica como un medio alternativo y menos dañino para cultivar alimentos. La Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM – Organics International) fue fundada en 1972. En las siguientes décadas, tanto agricultores como consumidores comenzaron a presionar a los gobiernos alrededor del mundo para establecer legislación y estándares de certificación para la agricultura orgánica.
Para calificar como orgánico, un producto debe pasar por un proceso de certificación. Los productos certificados tienen un mayor acceso al mercado y potencialmente pueden ser comercializados a un precio mayor. Los pasos requeridos para obtener una certificación varían ampliamente dependiendo del país y del proceso, un tema que exploraremos en futuros artículos. Sin embargo, en general obtener una certificación es una tarea demandante que requiere llevar extensos registros y documentación. Este proceso, crucial para asegurar que los cultivos crezcan de acuerdo a los principios orgánicos, puede presentar una barrera significativa, sobre todo para los agricultores pequeños. En consecuencia, algunos agricultores optan por practicar métodos orgánicos sin una certificación oficial por diversas razones: puede que hayan establecido relaciones lo suficientemente fuertes con sus consumidores para poder vender a precios premium sin necesidad de una certificación; otros pueden estar motivados por preocupaciones ambientales, mientras que otros tienen consideraciones de salud que requieren del uso de prácticas orgánicas.
En LiteFarm no creemos que el proceso debería ser una barrera para obtener una certificación orgánica. Por eso es que LiteFarm genera documentos de certificación orgánica basados en la información que los productores generan dentro de la plataforma mientras administran sus operaciones. Exportamos esa información en un formato conveniente para compartir con los organismos de certificación y darles a los agricultores el poder de elegir con quien compartirla. Los Certificadores aliados pueden incluso solicitar una información adicional a través de LiteFarm. Estas funcionalidades hacen de LiteFarm un recurso completo para buscar obtener una certificación orgánica en muchos países.
Agricultura orgánica en el sur de Brasil. Credito: Larisse Cavalcante.
LiteFarm está orgullosa de apoyar la agricultura orgánica, así como otras formas de agricultura sustentable. Mantente atento para aprender más acerca del proceso de certificación orgánica y como trabajamos con los productores y los organismos de certificación para hacerlo más expeditivo. Siguenos en LinkedIn y Facebook para ver las últimas novedades de la Comunidad de LiteFarm.
¡Feliz agricultura!
El equipo de LiteFarm
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